EL ARTE DE COMPARTIR: ARTESANÍA DEL ABANICO COMO PUNTO DE ENCUENTRO

LA FÁBULA DE ARACNE. DIEGO VELAZQUEZ. MUSEO DEL PRADO

Godella. Teatro Capitolio. Sobre el escenario, a la derecha del público, Joan Enric Lluna interpreta una pieza. Con un suave movimiento de hombros deja una nota suspendida a dos palmos de su clarinete. Durante unos segundos, la mantiene. Y con un movimiento enérgico desde el vientre, la impulsa hasta lo alto del escenario, donde rompe en mil "colores" sonoros. No es imaginación, fue real. ¡Lo prometo!

Mérida. Teatro Romano. Calor. Las luces del escenario, bajan de Intensidad. Irrumpe la artista. Con su andar elegante, pausado y magnético,  quedamos todos atrapados. Durante algo más de una hora y media muy corta, cautivados, seguimos cada uno de sus pasos, sus giros y  sus piruetas. Al finalizar, con un movimiento sutil y acompasado de sus manos, nos libera del campo magnético. El público, enardecido, puesto en pie, prorrumpió en aplausos. ¡Sara Baras, artista!

Madrid. Estadio Vicente Calderón. Atl de Madrid - Barça. El equipo  colchonero, siempre bien armado en defensa. Ocupando todo el espacio. Sin fisuras. De repente, el estadio enmudece. Messi, completamente solo, en el centro del campo, escorado a la derecha, para la pelota y piensa. El defensor más próximo a 25 metros. Este, mira a su derecha, a su izquierda, se siente  solo y lo está. El pibe, inicia su típica diagonal, de derecha a izquierda, directo a portería. El defensor sabe por dónde saldrá el rosarino. Atento espera el momento para cortarle el paso. Messi con una finta deja bloqueado, clavado en la hierba, al defensor. Cuando  este reacciona, ve como el disparo del argentino, da en el travesaño.  Respira aliviado. Lo peor fue al llegar a casa. Unos familiares le esperaban y sin poder ocultar la risa,  le preguntaron  : ¿ Pero, qué te ha hecho Messi?  Devolviéndoles la risa, su respuesta, nítida: ¡Todavía no lo sé!

Estos son sólo tres ejemplos del el  arte de COMPARTIR entre artista y público, pero hay más.  Existe un compartir "eterno" y un compartir "peregrino". Mejor, pongamos ejemplos.

El compartir ETERNO,  de Diego Velázquez. Este, recibe el encargo de pintar la escena de la fábula de Aracne. No se contenta con narrar solo la disputa mitológica. Va más allá. El sevillano, seguro, maduro, dominador de su arte, se siente fuerte. No duda en mostrar y compartir sus  pensamientos . A base de pinceladas de admiración, de sabiduría, de inteligencia y no solo de color,  convoca a  Miguel Angel, Tiziano y Rubens y les "invita" a formar parte de esta obra. Los cuatro están presentes. Genial, todos en un mismo lienzo. Y es eterno el COMPARTIR  por qué contemplando  esta obra, sin urgencias y de forma documentada descubriremos, día a día, nuevos secretos que contiene la pintura. Es como un tesoro, a la espera de ser rescatado. ¡Animaros a descubrir!

El compartir  PEREGRINO, de QCF?. Por los poros de una piel colectiva brota una idea fuerza, tiene una "maternidad" , un origen,  pero no cobra derechos de autor.  Viaja y se expande a sus anchas, con libertad absoluta. Tiene un objetivo que cumplir y un sólido carácter solidario.  Cuando se comparte una idea, un proyecto de forma colectiva, surge una química especial que transforma e impregna  todo y hace posible lo imposible. Pero también es un viaje de ida ( hasta llegar al objetivo ) y vuelta, ( cuando volvemos al punto de origen) una aventura  que nos ha transformado y nos moldea,  individual y colectivamente.  Llegados a este punto el compartir peregrino siempre es gratificante. Como ejemplo recordemos la iniciativa que unos ciudadanos de Godella, autodenominados "QUÈ  COLLONS FEM?" impulsó en 2016   para recordar la figura  de Ignacio Pinazo, artista fallecido 100 años antes en Godella. Se repartieron más de 600 reproducciones en tela de obras del maestro, que ciudadanos de Godella, colgaron en ventanas, balcones, puertas… Emocionante este compartir solidario donde cada vecino, de forma voluntaria, se convierte en una pieza más del puzzle en memoria del artista. ¡Todo un espectáculo! Las calles de Godella se transformaron en un espacio expositivo, reivindicando tanto la figura del pintor como la creatividad conforme la vivía el artista. Creatividad para las artes sí, pero también en la vida cotidiana. En este sentido la actividad creativa deja de ser una opción solo artística y pasa ser una necesidad, en cada momento y acción de nuestra vida. Os dejo algunas imágenes cedidas por los amigos de "Què Collons Fem?"

Y todo este escrito para decir dos cosas. Primero que la palabra compartir está colmada de belleza y de energía. Que merece una calle o una escultura o una pintura o una pieza musical.

Segundo, agradecer a tod@s por, precisamente, compartir mi web, mis comentarios y mis abanicos.  También por las muestras de cariño,  afecto y críticas.

No soy artista, intento ser artesano.  Me gusta este oficio y aspiro a disfrutar de él. 

¡Gracias familia!                 

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Hoy os propongo un juego con esta obra "Muchacha con abanico" de Pierre-Auguste Renoir. 

El lienzo, en mi opinión, rompe el argumento  que hasta ahora estaba utilizando cuando comentaba cuadros con mujer y abanico. Siempre hablaba de la relación de complicidad que la mano de la mujer ejercía entre el abanico y la modelo. Todo formaba parte de una unidad. Pero en esta ocasión, estoy "desorientado". 

El fondo oscuro de la izquierda y la chaqueta oscura de la muchacha consiguen resaltar la dulce palidez y la mirada juvenil de la protagonista. El ramo de flores blancas y rosas acompaña la escena, sin hurtar protagonismo a la dama.Pero, la mano, destroza toda esta armonía. 

                                                           EL JUEGO

Con el poder de vuestra imaginación, eliminar el "pai-pai" de la escena. En su lugar insertar un cuchillo, mas bien grande. Contemplar ahora esta escena. La mano y el cuchillo forman parte de la misma idea. La joven, podría  interpretar perfectamente un "remake" de la película Psicosis de Alfred Hitchcock .

Sinceramente creo que Renoir plantea un "ajuste de cuentas". Pero no tengo ni un argumento para defender esta idea. Solo pienso que, no hubiera sido un problema, eliminar el pai-pai, colocar un abanico y que la mano adoptara un gesto amable de generosidad, acorde con el resto de la obra. Pero, seguro que, Pierre-August, no quería expresar esta idea. 

¿Qué  pensáis?